MEDITACIÓN 17.7
2 Corintios
11.23-30 “¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo
más; en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en
peligros de muerte muchas veces. De los judíos 5
veces he recibido 40 azotes menos uno. 3 veces he sido
azotado con varas; 1 vez apedreado; 3 veces he padecido naufragio; 1
noche y 1 día he estado como náufrago en alta mar; en
caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de
los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad,
peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en
trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en
frío y en desnudez; y además de otras cosas, lo que
sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias. ¿Quién
enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno? Si
es necesario gloriarse, me gloriaré en lo que es de mi debilidad.”
No parece justo, ¿verdad? Pablo pasó la segunda
mitad de su vida sirviendo a Cristo, pero experimentó sufrimiento constante.
¿Por qué permitió Dios que uno de sus siervos más fieles sufriera tanto? A
veces, pensamos que el Señor debe proteger de adversidades a sus fieles
seguidores, pero no siempre lo hace.
Tal vez nuestro razonamiento está al revés.
Pensamos que los cristianos fieles no merecen sufrir, pero desde la perspectiva de Dios, el sufrimiento es lo que produce
cristianos fieles. Si todos tuviéramos
vidas fáciles sin oposición, pruebas o dolor, jamás conoceríamos a Dios
realmente, pues nunca tendríamos necesidad de Él.
Nos guste o no, la adversidad nos enseña más acerca del Señor que la simple
lectura de la Biblia.
No es que no necesitemos conocer las Sagradas
Escrituras; son la base para la fe. Pero si lo que creemos nunca es puesto a
prueba por la adversidad, lo que tenemos es un conocimiento intelectual. ¿Cómo sabremos que podemos confiar en Dios en medio de las
dificultades, si nunca hemos sido probados por la adversidad? El Señor nos da oportunidades para poner en práctica las
verdades de la Biblia en las dificultades que enfrentamos, y al hacerlo
descubrimos que Él es fiel. Por ejemplo, ¿cómo
habría conocido Pablo la fortaleza en Cristo, si nunca hubiera sido debilitado
por el dolor, la persecución y la adversidad?
(De
Encontacto.org)
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