Meditación 26.6
Jonás 4 Les
resumo el capítulo, pero léanlo, por favor: Jonás se
apesadumbró y enojó en extremo, oró a Jehová reclamando porque -en su clemencia
y misericordia- había perdonado a Nínive, porque sabiendo él esos atributos de Dios,
es que rechazó irles a llevar el mensaje, por lo que huyó a Tarsis. También le
pedía que le quitara la vida; le era mejor morir. Jehová
le preguntó si hacía bien en enojarse tanto. Jonás, al salir de la
ciudad, acampa en un lugar, sentándose a la sombra de una enramada, hasta ver qué
acontecería en la ciudad. Dios preparó una calabacera, la cual creció sobre
Jonás, le hizo sombra, y le libró de su malestar; y Jonás se alegró grandemente
por la calabacera.
Pero al venir el día, Dios preparó un gusano que secó la
calabacera. Luego de salido el sol, preparó un recio viento, el sol hirió a
Jonás en la cabeza, y se desmayaba...deseaba morir. Entonces
dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió que
mucho, hasta la muerte. Y dijo Jehová a Jonás: Tuviste tú lástima de la
calabacera, en la cual no trabajaste, ni la hiciste crecer; y que en una noche
pereció, ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, donde hay
más de 120 mil personas que no saben discernir entre su mano derecha e
izquierda, y muchos animales?
Lo que la mayoría de las personas saben acerca de
Jonás, es que fue tragado por un gran pez, al tratar de huir de Dios. Pero
en el vientre del animal se comprometió a obedecer la voluntad del Señor.
Después que el profeta obedeció, hubo un inesperado giro de
los acontecimientos. Atravesó la ciudad, alertando a la gente sobre la ira
divina —y las personas de Nínive se apartaron del pecado. La respuesta de los
ninivitas debía haber dejado encantado a Jonás. Pero en vez de eso, se lamentó
de que se arrepintieran y de que Dios tuviera misericordia de ellos, ya que
Nínive e Israel eran enemigos desde hacía mucho tiempo. De hecho, dijo con
enojo que había huido a Tarsis precisamente para evitar tal escenario de
arrepentimiento y perdón.
Jonás se disgustó porque su corazón estaba tan duro como
cuando había huido a Tarsis. Al estar atrapado dentro del pez, cambió de
opinión y decidió obedecer la orden del Señor. Expresó su voluntad de hacer
todo lo que Dios quisiera, pero en su corazón todavía deseaba la destrucción de
los ninivitas. A pesar de haber hecho lo correcto, su resentimiento era
evidente.
Tal vez el Señor le ha llamado a usted a servirle en algo que
le resulta difícil; de manera que ore pidiendo un corazón dócil para
obedecer. Encontrará paz y bendición al hacer el trabajo, si obedece al Señor
sin vacilar.
(De Encontacto.org)
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