Meditación 28.5
Juan 15.26
“Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu
de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.”
En las primeras semanas de mis estudios en el seminario, un
estudiante de doctorado me invitó a su habitación -en la residencia de la
institución. Cuando llegué, hizo que me sentara, puso una Biblia griega en mis
manos, y dijo: “Me di cuenta de que te referiste al Espíritu Santo como una
“cosa”. Él no es una “cosa”.
Este hombre me
condujo luego por todos los versículos del Nuevo Testamento que tienen que ver
con la tercera persona de la Trinidad. Una hora más tarde, dijo: “Lo único que
quiero que recuerdes es que el Espíritu Santo es una persona”.
El Espíritu de Dios posee 3 características:
Inteligencia
Voluntad
Emociones
Para demostrar estos puntos, les guiaré a algunos
versículos del Nuevo Testamento, así como el estudiante de doctorado me guió a
mí.
1Corintios 2:10-11: El Espíritu conoce los pensamientos de Dios y nos revela la verdad.
1Corintios 12:7-11 Al Espíritu se le identifica como Aquel que decide el(los)
don(es) espiritual(es) de cada creyente.
Efesios 4.30 nos amonesta por entristecerlo.
Piense, también, en que Jesús habló de un Consolador o Ayudador
que vendría después de Él (Juan 14.16, 26).
Ayudar y consolar a otros son acciones de una persona, como es también enseñar
—estas son algunas de las actividades fundamentales del Espíritu Santo.
El Espíritu es una parte de la Trinidad, y si usted es
creyente, Él está con usted ahora mismo. Dios le ha dado su Espíritu como un
Ayudador especial —uno que es más unido que un hermano (Proverbios 18.24).
(De Encontacto.org)
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