Meditación 21.5
Lectura
bíblica en Filipenses 4.6
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas
vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de
gracias.”
La ansiedad no solamente es una
sensación incómoda; también tiene consecuencias negativas. Por ejemplo, el
razonamiento se nubla cuando es invadido por la inquietud. Por eso, una persona
ansiosa tendrá problemas para tomar decisiones sabias. El temor al fracaso
puede también llevar a postergar la realización de las cosas, o a la falta de
productividad. Los temores pueden ser devastadores para el crecimiento
personal y espiritual, las relaciones y el trabajo.
Por tanto, vencer el temor es
importante, y para ello hay que . . .
1. Identificar el temor. Hágase estas preguntas: ¿Cuáles
son las circunstancias que rodean mis sentimientos? ¿Qué los provocó?
2. Acudir al Señor. Recuerde que Dios le ama, y desea
tener una relación cercana con usted. Él tiene el control soberano de su
situación; por tanto, traiga a Él su temor.
3. Reprenda el temor delante de Dios. Usted tiene la autoridad y el poder
en el nombre de Jesús para rechazar lo que no provenga de Él. Medite en
pasajes como Mateo
10.31 y Proverbios
1.33. Deje que la verdad de Dios reemplace cualquier pensamiento
negativo.
4. Aférrese al Padre celestial. Quite su enfoque de sus
circunstancias, y mire a Aquél que promete su ayuda. La Biblia nos dice:
“No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te
esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi
justicia” (Isaías
41.10).
Las circunstancias son externas y, por lo general, van más allá de
nuestro control. Pero la manera en que respondemos se origina dentro de
nosotros. Es asombroso cómo los temores disminuyen en la presencia del
Padre celestial.
(De Encontacto.org)
Los temores puestos en las manos de
Dios, no tendrán razones para controlar tu vida!
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