domingo, 17 de mayo de 2015

"Cómo Realizar el Plan de Dios"

Meditación 17.5

Lectura bíblica en Mateo 16.24-27 "Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 25. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. 26. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? 27. Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras"
Como hijos adoptivos de Dios,  hemos sido llamados a glorificarle con una vida recta. Ayer vimos que esto implica hacer cambios en nuestra vida. Hoy, consideremos dos cambios más que pueden ser necesarios.
Un ajuste potencial tiene que ver con nuestras creencias: la manera de pensar de un cristiano debe coincidir con la de Cristo. La influencia del mundo es poderosa, y si seguimos su manera de pensar, buscaremos solo nuestro beneficio personal sin pensar en los demás. Pero quienes conocen la Biblia saben que los últimos serán los primeros (Marcos 9.35); que Dios es el único que merece nuestra alabanza (Salmos 96.4); y que los cristianos deben ser personas generosas (1 Timoteo 6.18).
Por último, es posible que tengamos que reconsiderar nuestros compromisos para que el Señor ocupe el primer lugar. Sus deseos para nosotros deben primar sobre lo que queremos, y sobre lo que otros nos pidan que hagamos. Debemos evaluar nuestras decisiones a la luz del plan de Dios para nosotros. Esto puede significar renunciar a un pasatiempo, asumir una nueva responsabilidad o renunciar a un nuevo proyecto. Nuestro Padre celestial quiere y merece toda la devoción de sus hijos (Mateo 22.37).
Estos cambios no suceden inmediatamente en el momento de nuestra salvación; por el contrario, se producen a lo largo de toda la vida. Siempre que el Espíritu Santo nos indique una verdad más profunda o nos llame a una nueva tarea, tendremos que hacer más “alteraciones”. Pero tales cambios estarán acompañados de la confianza de saber que Dios nos usará para realizar su plan. (De Ministerios en contacto)

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