Meditación 15.5
Lectura
bíblica en Mateo 4.18-22 “Andando
Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y
Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. 19 Y les dijo: Venid
en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. 20 Ellos
entonces, dejando al instante las redes, le siguieron. 21 Pasando de
allí, vio a otros 2 hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la
barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes; y los llamó. 22 Y ellos,
dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.”
He sido
cristiano por muchos años, y ni una sola vez Dios me he preguntado: “Charles,
¿qué es lo que quieres hacer?” El Señor no cambia sus planes para satisfacer mis
propósitos o los de usted. Por el contrario, nos pide que ajustemos nuestra vida para que
se alineen con su voluntad.
Uno de
los cambios que siempre nos pide que hagamos tiene que ver con nuestro estilo
de vida. Andrés, Jacobo y Juan eran pescadores antes de convertirse en
discípulos de Jesús. Sus vidas giraban en torno a los detalles de su ocupación
—de las condiciones del tiempo, de la pesca y de obtener alguna ganancia. Pero
cuando Jesús los llamó a ser pescadores de hombres, de buena gana y de
inmediato hicieron un cambio dramático.
Por el
contrario, el joven rico se marchó triste cuando se dio cuenta de lo que tendría
que dejar para seguir a Cristo (Mateo 19.21-22). Cuando el Señor nos hace una
invitación, por lo general, nos pide
que cambiemos nuestra manera de vivir. Ya sea que esto implique
cambiar de empleo o modificar algunos hábitos, Dios espera que nos adaptemos a
su plan.
Antes
de ser invitados a viajar en compañía de Jesús, Jacobo y Juan trabajaban en un
negocio familiar con su padre. Decirle sí a Dios significó ver a sus amigos y a
sus familiares con menos frecuencia. Seguir el plan del Señor puede significar
lo mismo para nosotros. Pero
Cristo promete una gran ganancia por cualquier sacrificio que hagamos (v. 29).
Gracias
al carácter perfecto del Señor, podemos confiar en la dirección que nos da. Por
tanto, ajustarnos
a su plan es siempre la acción más sabia que podemos tomar (Prov.3.5-6).
(De
Encontacto.org)
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