Lectura bíblica en Santiago 5.13-18 “ ¿Está
alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante
alabanzas. 14 ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los
ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre
del Señor. 15 Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor
lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. 16 Confesaos
vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados.
La oración eficaz del justo puede mucho. 17 Elías era hombre
sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no
lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. 18 Y
otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.”
¿Alguna vez ha visto usted a un corredor cerca del final de
una carrera? Cada músculo se tensa por el deseo del atleta de llegar primero.
Esta es la misma clase de deseo ferviente que Dios quiere ver en la vida de
oración del creyente. “La oración eficaz del justo puede mucho” .
A veces, los creyentes usan ciertas frases clave —“en el
nombre de Jesús” o “si es tu voluntad”— como si tales expresiones tuvieran un
poder mágico. Las personas se convencen de que si utilizan una frase especial,
Dios seguramente estará encantado y responderá su petición. Pero el poder no se
encuentra en las palabras que decimos, porque el Señor no puede ser obligado a
hacer nada que esté fuera de su voluntad. El poder de la oración está en la
respuesta de Dios. Él responde a las peticiones de los justos liberando su
poder sobrenatural.
Una persona que no ora es una persona sin poder. Cuando
dedicamos poco tiempo a la comunicación con el Padre celestial, no podemos
esperar ver resultados asombrosos. El poder de Dios se libera en respuesta a
nuestro deseo ferviente de recibir su ayuda. Un creyente que tiene fe está
decidido a orar hasta obtener respuesta, no importa los obstáculos que Satanás
ponga. Se detiene solo cuando Dios responde, o cuando el Padre celestial
indique claramente que la petición está fuera de su voluntad.
Los creyentes sabios dedican tiempo y energías a las
peticiones de gran importancia. Por nuestra relación con Cristo, hemos sido
perdonados, lo que significa que tenemos la oportunidad de comunicarnos con el
Señor mediante la oración.
(De Ministerios en Contacto)
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