MEDITACION 27.3
Lectura bíblica en
Gálatas 5.16 “Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne”
El Creador tiene un plan
específico para la vida de cada persona, y Él ha ordenado los talentos, las
habilidades y las circunstancias de acuerdo a sus planes (Efesios 2.10).
Cuando nos conectamos con el propósito de Dios para nosotros,
sentimos una profunda satisfacción y un gran gozo. Pero es importante entender que no podemos alcanzar los propósitos del
Señor por nosotros mismos; solo gracias a su poder y su dirección podemos alcanzar el éxito.
En Juan 16.33 Jesús nos advirtió
que los problemas son parte de la vida. Pero al olvidar fácilmente lo débiles
que somos, tendemos a asumir los retos con nuestras propias fuerzas e ingenio.
Por eso, cuando las
tentaciones, las pruebas, la crítica, el chisme y la persecución asaltan,
muchos tenemos la tendencia a tratar de tomar el control de nuestra vida.
Durante algún tiempo, la
vida puede llegar a parecer buena de esa manera. Pero a la larga, la autosuficiencia crea
un caos, lo cual interfiere con el cumplimiento de los propósitos de Dios.
La verdad es que, a
veces, tenemos que fracasar para darnos cuenta de nuestra total dependencia de
Dios. Él amorosamente doblega nuestro orgullo, al enseñarnos que no podemos
tener una vida abundante si no obedecemos la dirección del Espíritu Santo.
¿Se ha rendido usted
al control del Espíritu Santo? Acepte su propia
debilidad, y reconozca el poder, la omnisciencia y la sabiduría del Espíritu. El Señor no le llama a ser perfecto —pues es humanamente imposible. Lo que Él quiere es que usted renuncie al
control, y le permita vivir en y a través de usted.
(De
Ministerios en Contacto)
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