MEDITACIÓN 10.2 |
Lectura bíblica en Salmos 25.4-10
“Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas. 5 Encamíname
en tu verdad, y enséñame, Porque tú eres el Dios de mi salvación; En ti he
esperado todo el día. 6 Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y
de tus misericordias, Que son perpetuas. 7 De los pecados de
mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes; Conforme a tu
misericordia acuérdate de mí, Por tu bondad, oh Jehová. 8 Bueno
y recto es Jehová; Por tanto, él enseñará a los pecadores el camino. 9 Encaminará
a los humildes por el juicio, Y enseñará a los mansos su carrera. 10 Todas
las sendas de Jehová son misericordia y verdad, Para los que guardan su pacto y
sus testimonios.”
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Si estamos dispuestos a dejar que la verdad de la Palabra
llene nuestra mente, vigile nuestras emociones e influya en nuestra conducta,
Dios nos recompensará ricamente. Al leer su Palabra y meditar en ella, usted
aprenderá a entender su voluntad. La cual no es algo que podamos conocer por
nosotros mismos, pues los caminos del Señor son diferentes a los nuestros —son
más altos, grandes y eternos.
Seguir a Dios en los términos que ha establecido, nos lleva a
una relación más profunda con Él. Pues ha decidido revelarse a quienes le
buscan y obedecen sus instrucciones, lo que nos permite que nuestras
preocupaciones se conviertan en esperanza. Aunque nos esperen tiempos
difíciles es posible sentir la convicción de que el Señor obrará para nuestro
bien.
Una vida fundamentada en la verdad de Dios es poderosa.
Quienes viven conforme a su Palabra desarrollan discernimiento espiritual
que guía sus decisiones y les protege del engaño. Porque demuestran la
sabiduría y santidad, el Señor les da el poder de influir poderosamente en los
demás. Y puesto que Dios sabe que puede confiar en esos creyentes, Él también
les da mayores responsabilidades y oportunidades para el servicio en su reino.
Con todos estos beneficios a nuestro alcance, resulta obvio
que la forma más sabia de proceder es invirtiendo tiempo y energías para
llenar nuestra vida con la verdad de la Palabra de Dios. Otras actividades
que claman por atención pueden parecer importantes o placenteras, pero ninguna
de ellas puede ofrecernos las riquezas espirituales de una vida fundamentada en
la verdad de Dios.
(De Ministerios en Contacto)
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