Meditación 26.2
Lectura en 1 Corintios 13.4-7 “El amor es
sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso,
no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo
suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la
injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo
cree, todo lo espera, todo lo soporta.”
Perdonar a quienes nos han causado algún daño es una orden
difícil de obedecer, ya que es más fácil aferrarnos a nuestra ira. Pero como
vasos del amor de Dios, los creyentes ya no vivimos de acuerdo con los impulsos
de la carne. Gracias al Espíritu Santo, cuando alguien nos trata mal, podemos perdonar
y además demostrar amor a esa persona.
1 Corintios 13.5 nos dice que . . .
• El amor no busca lo suyo. A muchas personas les
preocupan sus “derechos”. Pero la idea de los derechos es un concepto del
mundo, no un mandato bíblico. Eso no quiere decir que debamos permitir que
los demás se aprovechen de nosotros; sino que debemos enfocarnos en mostrar el
amor de Dios a nuestro enemigo (Mateo 5.44).
• El amor no se irrita. Mantener un espíritu sereno cuando estamos
irritados es difícil. Pero los momentos en que somos perseguidos o agraviados
son precisamente los que más nos ayudan a estar conscientes del amor de Dios
que fluye a través de nosotros. Piense en las tantas veces que el Señor Jesús
tuvo que enfrentar a líderes religiosos que lo provocaron deliberadamente; sin
embargo, en la cruz, también, pidió el perdón para ellos.
• El amor no tiene en cuenta el mal recibido. El amor de Dios que
fluye a través de nosotros puede soportar las heridas causadas por otras
personas.
La gente nos herirá, pero si tenemos una actitud amorosa, y
nos negamos a preocuparnos por nuestros derechos, seremos capaces de dejar de
lado el resentimiento y perdonar con amor.
(En Contacto.org)
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