martes, 30 de septiembre de 2014

“Dios Escucha”

Reflexión 30.9
Si estás en un momento de aflicción o de prueba, ten presente que Dios sí te escucha, aun cuando no lo oigas o te parezca que está lejos. 

Salmos 130:1-18 "De lo profundo, oh Jehová, a ti clamo. Señor oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica. Jehová si mirares a los pecados, ¿quién, oh Señor, podrá mantenerse? Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado. Esperé yo a Jehová, esperó mi alma; en su palabra he esperado. Mi alma espera a Jehová, más que los centinelas a la mañana, más que los vigilantes a la mañana. Espere Israel a Jehová, porque en Jehová hay misericordia, y abundante redención con él; y el redimirá a Israel de todos sus pecados".

  En este pasaje vemos cómo el salmista comienza su oración expresando la angustia tan grande que tiene; como nos ocurre a nosotros cuando pasamos por prueba que nos atribulan, y que muchas veces hasta pensamos que Dios no nos escucha, y que es necesario llamar su atención. El salmista David -hombre que amaba al Señor, y que fue catalogado como hombre conforme al corazón de Dios- también escribió otros salmos levantando su voz con angustia en momentos de aflicción, sin embargo, los terminaba en victoria, dándole la gloria a Dios y reconociendo que siempre estaba con él.

Hemos escuchado testimonios diferentes, sobre cómo el Señor saca de pruebas y aflicciones, y como al final de cuentas se superan esos momentos difíciles; aún metidos en grandes hornos de aflicción.

  Por eso, sin importar quién seas o lo grave de tu situación, aunque creas que no hay salida, te recuerdo: Nada pasa desapercibido para Dios…Él no se cansa, ni se duerme (Salmos 121) porque está atento para cuidar a cada uno de sus hijos. Él es omnipresente y Omnipotente, o sea que está en todas partes y que nada es imposible para Él; por lo cual puedes confiar en la protección y cuidado divinos.

  El salmista expresa su angustia por los pecados y dice que Dios no fija su mirada en ellos pues, de lo contrario, nadie podría mantenerse en pie; por eso afirma que en Dios hay perdón. Algunas personas, cuando atraviesan momentos difíciles, se preguntan si Dios los escucha y si acaso no estarán recibiendo un castigo por sus pecados. Sin embargo, debemos recordar que Él es misericordioso y no un juez castigador como algunos piensan y que si nosotros confesamos nuestros pecados, es fiel y justo para perdonarnos toda maldad (1 Juan 1.9). No hay nada de lo que hayas hecho que la sangre de Jesús no pueda limpiar. La Palabra de Dios dice que el único pecado imperdonable es la blasfemia contra el Espíritu Santo. (Mateo 12.31-32) Por lo tanto, no cuestiones ni hables neciamente de aquello que ignoras.

  No importa la magnitud de tu pecado, si fue antes de conocer a Cristo o después; déjame decirte que hay salvación para tu alma. Clama al Señor del cielo, reconociendo tus faltas y pidiendo su perdón; te aseguro que serás escuchado, porque Dios desea que todos nos arrepintamos.     Cuando lo hacemos, experimentamos el perdón de Dios y reconocemos su inmenso amor; entonces el Espíritu Santo nos llena de paz, de alegría, y en gratitud podemos adorar a Dios y reverenciar su nombre.  


  Hermano, amigo: si estás en un momento de aflicción o de prueba, ten presente que Dios sí te escucha, aun cuando no lo oigas o te parezca que está lejos.  Recuerda la conocida historia de Huellas en la arena; donde se habla de un momento cuando él creía que iba solo, pero Jesús era quien lo llevaba en sus manos. Aprende a ser una persona de fe, porque la Palabra de Dios dice que el justo por la fe vivirá (Romanos 1, 17). ¡Dios siempre está contigo!  


  "Esperé yo a Jehová, esperó mi alma, en su palabra he esperado" Dios también se toma su tiempo; no te desesperes cuando la respuesta no llega de inmediato, tienes que esperar el tiempo de Dios y creerle, permitiéndole que Él haga su obra.  Él no se retrasa; pero se toma su tiempo porque quiere que seas una persona madura y no un niño caprichoso que cuando pega su pataleta tiene lo que quiere. Así no se puede vivir delante del Señor, confía en Él y Él hará. Acude a su Palabra, toma la Biblia y empieza a estudiarla y a creerla; escudríñala porque está llena de sabiduría y bendición.

  “Esperar la mañana” como hacen los centinelas, figura la espera tan larga que representa para ellos, velar y aguardar, muchas veces de pie, tomándose un café para mantenerse despierto; cuidando su lugar de trabajo: un banco, una casa, un edificio. Imagínate lo largas que se hacen las noches para los celadores, deben parecerles eternas. Del mismo modo, cuando tú estás metido en el fuego de la prueba, te parece que la mañana no va a llegar, que la noche ya no tiene 12 horas sino como 50; sientes que estás metido en un hueco muy profundo; pero no, déjame decirte que así como el centinela espera la mañana, tú tienes que esperar en Dios, sabiendo que la mañana, de hecho, vendrá; que amanecerá un nuevo día porque así el Señor lo estipuló para tu prueba tenebrosa y horrible, ¡amanecerá un nuevo día! En el momento más oscuro, más terrible, recuerda que la mañana está próxima a venir, no te desanimes.

  Hoy el llamado, la palabra, la oración para cada una de las ovejitas es: no te desanimes, así como el centinela espera la mañana, espera la respuesta de Dios.  No te desesperes, porque Dios es real, ¡Dios es real! tan cierto como cada día que ves el sol y, aunque no lo veas, sabes que ahí está, detrás de esas sombras oscuras; así mismo, no importa la prueba, ahí está el Señor. Clama a Él, escucha su voz, escudriña y atiende a su Palabra; si sabes que hay pecado, ponte ahora mismo de rodillas y dile: "Señor, perdóname por favor cualquier falta que haya cometido, perdóname". Si estás ansioso, no te preocupes y así como el centinela espera la mañana, espera la redención de Jehová, porque está pronta, a la puerta de tu casa. Si estás quebrantado o desesperado, si la angustia llegó a tu puerta, toma esta palabra. Si crees que tu pecado ha sido grandísimo, para ti hay redención, esperanza y salvación. (Reflexión de MensajesAlentadores.com)

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