Juan 17.1-12 “Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese. He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste. Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.
La oración es esencial para el andar del creyente con Dios. Pero, algunas veces, nos preguntamos”
1. Si el Señor controla todas las cosas, ¿por qué quiere que oremos? Porque Dios desea involucrar a sus hijos en el trabajo que está haciendo; por medio de la oración podemos ser parte de sus planes y propósitos. Orar con regularidad nos ayuda a mantener un sentido de dependencia de nuestro Padre, y nos lleva a tener una relación más estrecha con Él. Asimismo, Dios desea que conformemos nuestra voluntad a la suya. Cuanto más armonicen nuestros planes con los de Él, más podrá hacer en nuestra vida y por medio de nosotros. Además, sabe que la oración contestada desarrollará nuestra fe.
2. ¿No se cumplirán los planes de Dios si decidimos dejar de orar? Dios no está subordinado a nosotros, por lo que sus planes dependen únicamente de Él. El Señor hace todas las cosas según el designio de su voluntad, no conforme a nuestras oraciones. Sin embargo, Él nos impulsa a orar para incluirnos en sus propósitos eternos.
3. Si no oro, ¿afectará ello mi vida o la de alguien más? Según la Biblia, algunas cosas que Dios ha pensado darnos, solo las recibiremos si se las pedimos (Santiago 4.2). Por ejemplo, Jesús no hizo muchos milagros en el pueblo donde se crió, porque muy pocas personas tuvieron la fe para pedir (Mateo 13.57, 58).
Las acciones del Señor ilustran el lugar que debe tener la oración en la vida del creyente. Sabiendo que el Padre tenía el control perfecto de todas las cosas, iba siempre a Él en oración. ¿Buscará usted imitar el ejemplo de Jesús?
(De Encontacto.org)
Lectura antes de iniciar las labores: Eclesiastés 1.1-11 “Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén. Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. ¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol? Generación va, y generación viene; mas la tierra siempre permanece. Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta. El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo. Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo. Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír. ¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol. ¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido. No hay memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después.”
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