Lectura bíblica en Efesios 1:3-8 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4 según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, 5 en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, 6 para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, 7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, 8 que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia”
La Biblia es un manual de instrucciones con la ruta a nuestro hogar eterno! Pero los viajeros deben leer y seguir las indicaciones. Algunas personas creen que irán al cielo por su moralidad, sus prácticas religiosas, o incluso por su creencia de que Dios existe. Sin embargo, nada de eso garantiza la salvación.
El único camino que lleva al hogar eterno del Señor es la fe en Jesucristo (Juan 14.6). Así que la Biblia nos da tres indicadores a lo largo de la ruta:
Indicador No. 1: Soy pecador. Todos hemos pecado (Isaías 53.6; Romanos 3.23). Pero solamente alguien que esté bajo el poder de convicción de pecado del Espíritu Santo reconoce que el pecado es lo que le separa de Dios (Juan 9.31).
Indicador No. 2: Jesús es perfecto. El sacrificio perfecto de Cristo en la cruz es lo que atraviesa el abismo entre el Padre celestial y su creación. Nuestro Salvador pagó la deuda por el pecado pasado, presente y futuro.
Indicador No. 3: Necesito a Jesús. El momento decisivo en el viaje es el punto donde el viajero cree que Jesús es quien dijo ser. La fe tiene que estar acompañada por el arrepentimiento —dar la espalda a los antiguos pecados. El peregrino recibe una naturaleza nueva, y es acogido en la familia de Dios (2 Corintios 5.17; Juan 1.12).
¿Está usted en el camino para descubrir al Señor? He aquí una señal a lo que está delante de usted si persevera hasta el final: La redención (Romanos 3.24), la vida eterna (Juan 3.15), y la grandiosa aventura de caminar con Jesucristo. Confíe en el Salvador, y dele gracias por su misericordia y por su gracia.
(De Ministerios Encontacto)
Que el Espíritu Santo de Dios, revele las mentes y corazones de aquellos que lean esta reflexión. En el nombre de Jesús. Amén
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