miércoles, 14 de mayo de 2014

“Éxito y Dinero”

Lectura bíblica en Lucas 12:13-21  (Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia. Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.)
Existe una gran mentira que hace que las personas arriesguen sus familias, su salud y su integridad. Ésta es que el éxito se define por nuestra riqueza material. Muchos de nosotros decidimos que somos un fracaso sin ella. Y con ella, de alguna manera nos sentimos exitosos. Para descubrir la verdad, solo tenemos que preguntarnos: ¿Cómo nos ve el Señor?

Dios ve que algunos de nosotros tenemos una actitud idolátrica hacia la riqueza. La vida gira en torno al tema del dinero —conseguirlo, guardarlo y tener suficiente. Pero un concepto adecuado de la riqueza ve al dinero como un medio de intercambio dado por Dios para que podamos ayudar a los demás y satisfacer nuestras necesidades básicas. Nuestra adoración solo es para Dios, no para las riquezas.

El Señor nos hace una advertencia en cuanto a nuestra actitud materialista (Mateo 6.24). La búsqueda de riqueza puede alejarnos de Él, o minimizar el poder de la Palabra en nuestras vidas. Incluso, puede esclavizarnos cuando tratamos de alcanzar la seguridad económica. El Señor dice que Él —no lo material— debe ser el centro de nuestras vidas; nuestra seguridad se encuentra en Él solo. Se nos insta a dar los pasos necesarios para protegernos contra las tentaciones que vienen con desear o tener riquezas.Ninguno de nosotros es inmune al atractivo del dinero o a la tentación de definirnos como exitosos cuando lo tenemos.

Pídale a Dios que le muestre con claridad la actitud que usted tiene hacia el dinero y el éxito. Luego, confiese cualquier actitud pecaminosa. Él puede usar nuestro dinero para el bien de su reino, si rendimos a Él todo lo que tenemos. 

(De Encontacto.org)
TPSH 18.06.22

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