lunes, 10 de febrero de 2014

“La Carrera de la Vida”

Hebreos 12:1-3 (Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.)

La vida cristiana es descrita muchas veces como una carrera diseñada por Dios. En ella, somos llamados a cumplir sus planes para nosotros. En otras palabras, ser conformados a la semejanza de Cristo y glorificar al Señor.

Para correr la carrera, tenemos que conocer la ruta. La Biblia nos sirve de mapa, brújula y guía. Es un manual infalible para mantenernos apartados del pecado en nuestra sociedad.

Para terminar la carrera necesitamos inspiración y corrección, y la Sagrada Escritura ofrece ambas mediante sus relatos verídicos. Algunos de nosotros somos como el rey Saúl, que respondió al llamado de Dios y comenzó la carrera muy bien (1 Samuel 10.9-11); pero la corrección es posible si perdemos nuestro enfoque del plan de Dios y nos sumergimos en las cosas del mundo. Otros son como el apóstol Pablo, quien fue cruel por años antes de ser salvo. Su vida nos inspira a perseverar y a aceptar el plan de Dios con más pasión.

En la carrera encontraremos obstáculos contra los que debemos perseverar. Algunos de ellos pueden ser: críticas por parte de creyentes y no creyentes; intolerancia a nuestro amor por Cristo; y períodos de soledad e incertidumbre cuando el camino no sea claro. El Espíritu Santo nos fortalece cuando estudiamos el carácter inmutable de Dios y sus promesas eternas.

¿Está usted corriendo bien la carrera? ¿Cómo está respondiendo a las presiones a lo largo del camino? Recuerde que Cristo, que es nuestra vida misma, siempre corre con nosotros. (De Encontacto.org)

Y yo vuelvo y te pregunto: ¿Será tiempo para meditar si estamos corriendo bien la carrera?
!Dios está para ayudarnos a enderezar nuestras sendas!

Dios te bendiga y te dirija en tu carrera!

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