martes, 4 de febrero de 2014

“El Espíritu Santo, Nuestro Maestro”

Juan 16.12-15 (Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. 13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. 14 El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.)
Dios envía al Espíritu Santo para instruirnos personalmente en sus caminos. Este es un regalo maravilloso del Padre celestial para toda persona que decida seguirlo. El Espíritu Santo está indudablemente calificado para ser nuestro Maestro divino: como miembro de la Trinidad, Él es omnisciente, al igual que las otras dos personas de la Deidad. Y porque conoce toda la verdad, puede dirigirnos (Juan 16.13).

Entonces, ¿cómo podemos sacar provecho de la enseñanza del Espíritu Santo? Primero, debemos creer en Jesucristo y recibirle como Señor y Salvador. Todo creyente recibe el Espíritu sin reservas, pero Él no está presente en las vidas de quienes no se han rendido a Cristo. Por esta razón, la fe en Jesús es el primer paso esencial.

Segundo, debemos creer que la Biblia es la Palabra de Dios. En ella, el Señor nos muestra su verdad, con el propósito de acercarnos más a Él. La Sagrada Escritura es la revelación de Dios al hombre, y aunque todos sus 66 libros fueron escritos por autores humanos, cada versículo de ella es totalmente divino.

Tercero, en vez de apoyarnos en nuestra capacidad intelectual, debemos depender del Espíritu Santo para que nos enseñe. Los más admirados pensadores humanos no pueden ni remotamente llegar a comprender la mente del Señor. Para el mundo, el evangelio es locura, pero en realidad es poder de Dios (1 Corintios 1.18-25).

Las maravillas del Señor son gratuitas y están al alcance de todos lo que invoquen su nombre. Pídale al Señor, en el poder del Espíritu Santo, que bendiga su estudio de su santa Palabra. (De Encontacto.org)

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. (Rom. 8.14)
“En él (en Jesús) también nosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa. (Efesios 1. 13)

“Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;” (Juan 5.39)

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