martes, 2 de julio de 2013

"El Poder Divino del Creyente”


Juan 16:5-15 (Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas? Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; 10 de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; 11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. 12 Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. 13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. 14 El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber. )

En Mateo 13.11, el Señor Jesús dijo a sus discípulos: “A vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado”. Como seguidores de Cristo, nosotros, también, tenemos el privilegio de conocer todas las verdades que Dios ha querido revelar en las Sagradas Escrituras.
Pero ¿siente algunas veces que otros creyentes han logrado resolver el misterio de cómo regocijarse en medio del sufrimiento, vencer el pecado, perdonar lo imperdonable o vivir una vida de amor de maneras que usted todavía no ha descubierto?

Si esa es su situación, entonces le tengo buenas noticias: el secreto para vivir la vida cristiana es llegar a ser un buen amigo del Espíritu Santo. Él tiene todas las cualidades para ese rol, y no le defraudará. La Biblia nos enseña que el Espíritu Santo es alguien en quien podemos apoyarnos, quien nos ayuda a tomar las decisiones correctas, y con quien podemos compartir nuestros sentimientos más profundos (Juan 14.17; 16.13; 2 Corintios 13.14).

Pero el Espíritu Santo ofrece a los creyentes mucho más. Él nos ama, nos protege y nos ayuda cuando oramos. También actúa en y a través de nosotros con poder divino, y nos ayuda a ser como Jesús.

El Espíritu de Dios es una persona con quien podemos tener una relación personal, y que desea lo mejor para nosotros. Pídale que se haga evidente en su vida por medio de las Sagradas Escrituras, y esté preparado para tener a un amigo como ningún otro en la Tierra —uno que está con usted todo el tiempo, susurrándole la misericordia del Padre celestial y el amor del Salvador para con usted.
(De Encontacto.org)
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Comentario:
Quiero resaltar que el Espíritu Santo de Dios, cuando se hace presente y mora en nuestras vidas, nos guía a toda verdad, convence de pecado, de la justicia  de Dios y del juicio venidero.

Como seguidores de Cristo, somos privilegiados por tener la oportunidad de Sus revelaciones,  a través de las Sagradas Escrituras.  Y aunque no logramos resolver todos los misterios, nos acercamos más en la medida en que seamos mejores amigos del Espíritu Santo.  Quien nos apoya, guía en las decisiones correctas, ofrece Su amor, Su  protección  y Su ayuda.

Creamos firmemente que con el Espíritu Santo de de Dios nos podemos relacionar directamente.

Dios te bendiga
Wilda

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