Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado. )
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Algunos de los testimonios más poderosos provienen de personas que han pasado por circunstancias dolorosas. Considere cómo se ha extendido el evangelio en partes del mundo donde abundan la pobreza y la opresión. Piense ahora en cómo le han impactado a usted las historias de quienes antes fueron criminales, víctimas de abusos y prisioneros por la fe. El poder de Dios se manifiesta en los momentos de mayor debilidad del ser humano.
La respuesta de los creyentes a las crisis determinará si se convierten en testigos más útiles como resultado de las dificultades. Muchas personas cometen el error de concentrarse en la voluntad del hombre, en vez de hacerlo en la soberanía del Señor. Por eso les resulta imposible creer que el Señor sacará resultados positivos de su dolor.
Quienes se sobreponen a sus circunstancias, entienden que Dios usa cada experiencia para bien de sus vidas (Ro 8.28). Para confiar en ese principio, debemos comprender que lo que experimentamos está bajo la autoridad de un Padre misericordioso y compasivo.
El tiempo de Pablo en la cárcel dio mejor y más abundante fruto del que pudo él haber producido de otra manera (Filipense 1.13). Presentó el evangelio a la élite militar romana, debido a que estuvo encadenado a soldados, día tras día, durante años.
Cuando dirigimos nuestra atención a Cristo, Él nos muestra oportunidades para alcanzar a otras personas con el evangelio. Son, en muchos casos, oportunidades que no habríamos tenido, a no ser por las circunstancias difíciles que Dios ha permitido que lleguen a nuestra vida.
(De encontacto.org)
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Comentario:
Si ya hemos obtenido el regalo de la salvación debemos cuidarla… y si aún no la hemos obtenido…procurarla! Dios siempre quiere lo mejor para nuestras vidas, y está dispuesto a darlo, siempre y cuando vaya a favor de su voluntad y para nuestro provecho.
Pidamos al Señor ser incorruptibles, lo cual solo vamos a lograr caminando dentro de Su voluntad. Actuar por nuestros propios designios no siempre será positivo para nuestras vidas, aunque a primera vista lo parezca.
Dirijamos nuestra atención a Cristo, y el Padre Celestial nos llenará de ricas y anheladas bendeciones. Seamos testigos de Sus grandezas y misericordias...no solo para nosotros, sino también para los demás!
"Que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en ti por Cristo Jesús" (Filemón 1:6)
Dios te bendiga!
Wilda
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