Cuenta una historia que un hombre que iba por el camino tropezó con una gran piedra. La recogió y la llevó consigo. Poco después tropezó con otra. Igualmente la cargó. Todas las piedras con que iba tropezando las cargaba, hasta que aquel peso se volvió tan grande que el hombre ya no podía caminar…
- ¿Qué dirías tú de ese hombre? …Que es un necio?
-¿Para qué cargaba todas las piedras con las cuales tropezaba?
No es eso mismo lo que hacen aquellos que cargan las ofensas y los agravios que otros les han hecho y aún la amargura de sus propias equivocaciones…?.
Todo eso es preciso dejarlo atrás, y no cargar las pesadas piedras de rencor, amargura, resentimiento, envidia, odio… contra los demás o contra uno mismo.
Hacer a un lado esa inútil carga, hará nuestro camino más ligero y nuestros pasos más seguros!
No es eso mismo lo que hacen aquellos que cargan las ofensas y los agravios que otros les han hecho y aún la amargura de sus propias equivocaciones…?.
Todo eso es preciso dejarlo atrás, y no cargar las pesadas piedras de rencor, amargura, resentimiento, envidia, odio… contra los demás o contra uno mismo.
Hacer a un lado esa inútil carga, hará nuestro camino más ligero y nuestros pasos más seguros!
Y si lo has intentando todo y nada te ha dado resultados… Jesús te dice en Mateo 11:28-30: Vengan a mí todos los que están trabajados y cargados, y yo los haré descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes (ténganme a mí como su eje principal), y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallarán descanso para sus almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga…
Dios te bendiga y te permita tomar la decisión de poner en las manos de Jesús todas tus cargas!
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