viernes, 13 de julio de 2012

Testimonio "La Monjita"


Mientras hacía fila en una oficina gubernamental, con la finalidad de buscar un documento, ví en la fila lateral a una hermanita religiosa.  De inmediato "escucho una voz" en mi corazón que decía:  Háblale,  dile que Jesús quiere hacer algo especial con ella.

Esta voz me inquieta, y me pregunto:  Pero cómo hablarle, en esta fila, con tantas personas, a alguien desconocido...a una monjita...y un mensaje como ese?  Vuelvo y "escucho la voz" con el mismo mandato, y mi corazón parecía que iba a explotar.

Luego de pagar el costo del documento me mandan al 2do. piso a esperar.  Eso me da tranquilidad, pero con una ligera inquietud.  Y vuelvo a hablarle al Señor:  Si realmente quieres que yo hable con ella, que ella venga donde yo estoy ahora….Y no he acabado de decir esto cuando veo que ella viene subiendo las escaleras, y se sienta bien cerca de mí.

A los pocos segundos me entregan el documento y me voy.  Aún así mi corazón se aceleró de forma tal y sentí que no me podía ir sin dar el mensaje.

Cuando estoy fuera del edificio, ya dispuesta para irme, vuelvo y le digo a Dios: Si realmente quieres que le hable, tráela donde mí y lo haré…Y…saben qué?... ahí venía la monjita!

Ya no había escape, y le dije a ella: Dios le bendiga hermanita.  A lo cual ella se acercó a mí y me dió un abrazo; además me dijo:  Desde que yo entré a este lugar, a pesar de haber tantas personas, vi algo en usted muy especial, que no sé que es.  Y yo le contesté que tenía un mensaje de Jesús para ella.  Ella me dijo:  Precisamente hoy yo le hablaba a las demás hermanas de la congregación y les decía que solo Jesús era quien nos podía ayudar y guiar. 

Escuchar eso me hizo sentir una paz especial, por lo cual termino de decirle el mensaje:  "Jesús quiere hacer algo especial con usted, pero Él necesita que le entregues todo, y le confieses como su único Señor y Salvador" 

Ambas nos dijimos nuestros nombres, y ella me dijo:  Wilda ora por mí, tengo mucha carga espiritual.   A lo cual le repetí que solamente Cristo tiene la solución.  Ella se fue gozosa; y la paz volvió a mi corazón!

Y para concluir te digo:  
Cuando el Señor nos manda, siempre nos respaldará.  A las cosas que nos parecen inverosímiles y difíciles de hacer, cuando es Dios quien nos manda, nunca nos neguemos.  No está en nosotros saber cuál es el propósito Dios, pero si nos manda a hacer algo, tan solo seamos obedientes y hagámoslo.    Yo solo pude recibir paz cuando dí el mensaje, y él me permitió comprobar que era el mismo el que me había enviado. 

No te resistas, Dios quiere usarte como instrumento de bendición…déjate guiar por Él.                 

Efesios 6:24 La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo.

Junio 2012

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