Homosexual: Término relativo a la persona, con tendencia o atracción a una relación erótica, que tiene lugar entre individuos del mismo sexo. Lesbianismo: Referente a la homosexualidad femenina. Se identifica como deseo erótico hacia otras mujeres.
La palabra lesbiana está derivada del nombre de la isla griega de Lesbos. Fue el lugar con referencias escritas más antiguas de amor entre mujeres. Una poetisa, del siglo V antes de Cristo, llamada Safo, originaria de aquella isla, componía poemas en los cuales expresaba su atracción sexual hacia otras mujeres.
A través de la Biblia, Dios pone a nuestra disposición varios versículos, que nos pueden servir como base e ilustración del tema. Y nosotros, para dar por gracia, lo que por gracia hemos recibido, lo cual es un don de Dios, otorgado a nuestras vidas (Efesios 2:8), queremos llevar un poco de luz en medio de las tinieblas.
Para comenzar te digo que nunca debemos despreciar o discriminar a las personas que presenten conductas equivocadas. En nuestras manos no está el juzgar a nadie. Todo juicio le corresponde a Dios, y en el tiempo que Él señale juzgará con justicia y rectitud (1 Samuel 2:10, Salmos 9:8 y 75:2). A nosotros nos queda mostrarles el amor que a través de Cristo hemos recibido.
Bíblicamente, la práctica sexual entre iguales géneros humanos es un pecado, y lo podemos ver bien documentado en el libro de Génesis, capítulo 19, donde nos habla de Sodoma y Gomorra; en 2 Pedro 2:6-7, Judas 1:7, Levítico 18:22, 1ª Corintios 6:9, Romanos 1:27, 6:23, entre otros.
Muchos, que pudiéramos llamarles como defensores y/o de acuerdo con esa conducta, se pudiera decir que son personas que desconocen o aplican su propia interpretación a las verdades bíblicas existentes. Nosotros estamos convencidos de que el plan de Dios es organizado y lo que nos dejó como modelo es una relación varón y hembra (Génesis 5:2). Cualquier otro modelo que se presente es dañino para el individuo, la familia, y la sociedad.
Cambiar o reinterpretar la verdad de Dios por la mentira, es una artimaña y un engaño de Satanás, con la cual se dañan las mentes, se impulsa a actuar sin remordimientos, y a entregarse a pasiones vergonzosas y extraviadas, bajo una aparente paz. Ahora bien, el pago de esa desviación será recibido tarde o temprano (Romanos 1:25-27), ya que toda rodilla será débil como el agua y se doblará ante el Señor (Filipenses 2.10, Ezequiel 7:17), Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo (1 Corintios 5:10).
Una conducta desviada no es correcta ante los ojos de Dios, pero si a Él vamos, confesamos nuestros pecados, y nos arrepentimos; no importa la vida pasada, ni la reputación… Dios no hace acepción de personas ni de pecados (Gálatas 2:6).
Como dice el apóstol Santiago en su capítulo 5 y versículo 20, es preciso que el pecador se vuelva de su camino y salve su alma. Y que la gracia de Dios reine por la justicia para vida eterna (Romanos 5:21).
Dios es un Dios de amor, que perdona la maldad, olvida el pecado y se deleita en misericordia (Miqueas 7:18). Si a Él nos confesamos, es fiel y justo para perdonarnos, y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9).
Hoy es un lindo día para abrirle el corazón a Jesús, y para confesar aquello que ahora hayamos entendido no le es agradable.
Dios te bendiga y su Espíritu Santo te guíe a toda verdad!
Wilda Messina
Junio 11, 2012
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