Proverbios 3.13-15 “Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y obtiene la inteligencia; porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus frutos más que el oro fino. Más preciosa es, que las piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella”. Amén.
La sabiduría de lo alto puede
definirse como la capacidad de ver las cosas a la manera del Señor, y saber actuar según sus
preceptos. Uno de los grandes beneficios de esta manera de pensar es la paz.
Cuando la vida transcurre sin
problemas y todo está bien, resulta fácil sentirnos satisfechos, pero cuando vienen las
dificultades, la perspectiva de Dios se nos escapa, y nuestra paz se ve sustituida
por estrés, ansiedad y temor.
Recordemos que Aquél que
gobierna al universo sigue siendo el soberano sobre todas las cosas —hasta
de los detalles más pequeños.
Dios nos ama incondicionalmente
y actúa para darnos lo mejor. Por tanto, si Él ha permitido una situación,
es porque el resultado será para nuestro bien y para Su gloria.
Es de sabios responder con fe y
confianza en el Señor, a pesar de cualquier sufrimiento o dificultad. Tengamos seguridad de que Él
es más que suficiente para lo que venga, lo que significa que somos
competentes en Él.
Cuando la dificultad golpee: ¡la
mirada en Dios! Ver cada
situación a través de los ojos del Señor, nos guiará a ver Su paz.
Y todo temor será sosegado.
Feliz día. ¡Que Dios dirija y bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: TPSH29042015)
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