SALMOS 100.1-2, 4 “Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia con regocijo. Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre”. Amén.
¿Has considerado alguna
vez cómo tratas al Señor?
Algunas personas hacen
peticiones de oración, pero no le expresan admiración, alabanza ni gratitud a
Dios.
¡Dios creó a su pueblo
para alabarle! Nuestras preocupaciones son importantes
para Él, pero también quiere que le busquemos con un corazón de adoración,
no con una actitud egocéntrica.
Al glorificar al Señor,
nuestro enfoque se desplaza hacia Él. Es cuando recordamos
su grandeza, bondad, misericordia, amor y fidelidad.
Es alabarlo con alegría en todo tiempo. De corazón. Pablo y Silas alabaron a Dios en medio de
dolor y encarcelamiento (Hch.16.25).
Tómate un tiempo hoy
para reflexionar sobre la poderosa obra salvadora de Dios en tu vida. En vez de acercarte al Señor con una lista de peticiones, alábale por
su fidelidad y justicia.
Cuando tu corazón esté
lleno de alabanza, las preocupaciones se disiparán y confiarás en que Dios proveerá para todas tus necesidades.
Feliz día. ¡Dios te
bendiga!
Evangelista Wilda
Messina
(Referencia:
En.Contacto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario