Martes 03.12.2024
1 CORINTIOS 6.19-20 “¿O ignoran que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en ustedes, tienen de Dios, y que no es de ustedes? Porque han sido comprados por precio; glorifiquen a Dios en su cuerpo y espíritu, los cuales son de Dios”. Amén.
Al sometemos a Dios, su
abundante bondad se derrama en nuestra vida. Él quiere que le entreguemos todo, y nos convirtamos en un sacrificio
vivo y santo. Aunque no sea tarea pequeña.
Qué bueno es que nuestros
planes y deseos estén sujetos a su dirección y voluntad. ¿Alguna vez te has preguntado por qué Dios nos hace esa petición tan
grande?
Aunque no te parezca, entregarse
a Dios es lo mejor para todos. La Biblia promete -una
y otra vez- que obedecer al Padre celestial da esperanza y futuro firme.
La bondad de Dios es
abundante para quien se somete a Él (Salmos 31.19).
El Señor le dijo a
Jeremías que prosperidad, glorioso futuro y esperanza serían resultados de
buscarle de corazón (Jer.29.11-12).
Nuestros caminos serán
rectos al confiar en el Señor (Prov.3.5-6).
Aunque Dios nos exija “tanto”,
promete que todo sacrificio valdrá la pena. Él se compromete a
cuidarnos, proveer lo que necesitemos y acompañarnos siempre.
Aunque no nos gusten sus
peticiones, Dios promete hacer todo para nuestro bien. Su
camino ofrece esperanza, alegría y paz.
¿Quisieras entregarle a Dios las riendas de tu vida? Solo abre tus labios y díselo. ¡Él te escuchará!
Feliz día. Que Dios te bendiga y te guarde.
Evangelista Wilda
Messina
(Referencia:En.Contacto)
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