SÁBADO 02/11/24
SALMOS 139.1-2 “Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos”. Amén.
Qué hermoso es poder comprender
la profundidad del amor del Padre celestial, en una época donde se valoran
tanto las apariencias.
La falta de identidad
lleva a muchos a compararse con quienes les rodean
(o a quienes siguen en redes sociales), llegando a la falsa conclusión de
que no valen, porque no tienen esto o aquello, o no son como este o
aquel.
Vengo a recordarte hoy
que Dios ve las cosas de manera diferente. Para Él, sus hijos somos su especial tesoro (Malaq.3:17). ¡Su pueblo santo y escogido! Por lo que no
debemos ser igual a los demás (Deut.7:6).
Nuestra identidad, lo
que debemos ser para Dios, jamás puede ser definida por parámetros del mundo. Dejemos de copiar a aquellos que lucen
muy bien y prósperos, pero por dentro son sepulcros.
Nadie puede, por más que
lo intente, ser igual al otro. Vamos a sacarnos ese “chip”
de la cabeza. Tú eres tú y lo que
decides ser.
Algo que no podemos
olvidar es que Dios nos diseñó para una relación sincera con Él. Y nosotros
le pertenecemos.
¿Seguirás valorándote
con imitaciones dañadas del mundo? Siempre que busques fuera de Cristo seguirás
insatisfecho.
Recuérdalo: Tu verdadera
identidad y satisfacción se encuentran en Dios y en Jesús.
Muy feliz día.
Que
Dios te bendiga y te guarde.
Evangelista Wilda
Messina
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