JUEVES 31/10/24
SALMOS 3.1-5 “¡Oh, Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se levantan contra mí. Muchos los que dicen de mí: No hay para él salvación en Dios. Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza. Con mi voz clamé a Jehová, y Él me respondió desde su monte santo. Yo me acosté y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba”. Amén.
El rey David supo
muy bien lo que eran las crisis personales y familiares.
En este capítulo 3 de
Salmos, vemos cómo quedó desconcertado frente a la rebelión de su hijo
Absalón. Que, en lugar de enfrentarlo y luchar, decidió huir de su
casa y de su trono (2do. Samuel 15:13-23).
Aunque algunos pudieran considerar
que Dios lo había abandonado, David sabía que no era así, sino que seguía
siendo su protector, y le clamó.
A ti te recuerdo que: En medio de tu angustia y dolor, no dejes de elevar tu voz, expresando
tu confianza en Dios.
Ante cualquier informe médico desalentador, presión financiera, relación interpersonal irreconciliable o la muerte de algún ser amado, recuerda ser fortalecido diciendo: Tú, Señor, eres escudo alrededor de mí; mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
Muy feliz día. Que Dios te bendiga y guarde.
Evangelista Wilda Messina
(Refer. TPSH 27.10.19)
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