MARTES 08/10/2024
ISAÍAS 55.1-3 "A todos los sedientos: Vengan a las aguas; y los que no tienen dinero, vengan, compren y coman. Vengan, compren sin dinero y sin precio, vino y leche. ¿Por qué gastan el dinero en lo que no es pan, y su trabajo en lo que no sacia? Óiganme atentamente, y coman del bien, y se deleitará su alma con grosura. Inclinen su oído, y vengan a mí; oigan, y vivirá su alma; y haré con ustedes pacto eterno…". Amén.
Imagínate tener hambre y poco
dinero. Pudieras comer algo, pero estarías lejos
de satisfacerte.
Imagínate ahora que entras a un
salón hermoso donde hay un banquete: mesas llenas de sabrosas
carnes, verduras, panes calientitos, jugos y postres de todo tipo. Pero, en
vez de una lista de precios, hay un cartel que dice “Gratis”. Esa es la mesa que nos ofrece el Padre. ¿Por
qué entonces gastar en lo que no sacia, cuando su abundancia en el Padre
es gratuita?
Es exactamente lo que sucede
cuando rechazamos una relación íntima con Dios, y buscamos temporalidades que nunca pueden satisfacernos.
El “abismo infinito” que hay en nosotros solo
puede ser llenado por un objeto infinito e inmutable, es decir, únicamente por
Dios” (Blaise Pascal).
La verdadera satisfacción viene
de la unión con el Señor.
Lo único que tenemos que
hacer es aceptarla.
Solo Dios llena plenamente todo
vacío humano.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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