Lunes 12/08/2024
Salmos 34.5 “Los que miraron a Él fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados”. Amén.
Te comparto una vivencia personal. 4 a.m., despierto viendo que todo parecía dar vueltas. Al tratar de pararme, por poco pierdo el conocimiento y caigo… pero clamé al Padre, y me ayudó a no caer.
Estaba sudorosa, con náuseas que me provocaban vómitos… ¡Toda hecha un desastre! No podía tener los ojos abiertos, porque más fuerte eran los síntomas. Pero busqué a Jehová, Él me oyó, y me acompañó en mis padecimientos y temores (4).
Al amanecer mi hijo me llevó a la emergencia de una clínica. De camino, pese a que tenía los ojos cerrados para no sentirme peor, los abrí -y no por casualidad- sino para ver que, delante de nosotros, iba un vehículo que tenía una referencia bíblica escrita en el cristal trasero…
Salmos 34.5 “Los que miraron a Él fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados”. ¡Aleluya! Dios estuvo conmigo, y me lo recordó en un momento de angustia y oscuridad.
Me inyectaron, me dejaron en la clínica hasta pararme sin mareos, y retorné al hogar. No me siento totalmente restablecida, pero si espiritualmente. Esta pobre clamó, la oyó Jehová, y la libró de sus angustias (6).
Necesitaba refuerzo desde arriba, y mi Padre lo envió. Recordándome Su Palabra!
Te invito a nunca apartarte del Señor: Acércate a Él y Él se acercará -en todo tiempo- a ti (Stgo.4.8).
“Gustad, y ved que es bueno Dios; Dichoso el que confía en Él” (Salmos 34.8).
Feliz lunes ¡Dios te bendiga!
Una vez mas agradecido del Señor,
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