10.05.2024
Isaías 55:10-11 “Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”. Amén.
Aquí la Palabra de Dios es comparada con la lluvia y la nieve. Así como cada gota de agua al caer sobre suelo seco, brinda frescura y da oportunidad para que haya vida; de la misma manera actúa la Palabra de Dios en los corazones. Ella da vida nueva a quien no tiene fuerzas ni esperanza, descanso al abatido, consuelo al afligido y dirección al perdido.
Es importante que, como hijos de Dios, tomemos el tiempo necesario para estudiar la Biblia, nutrirnos con ella y que la compartamos con quienes no conocen a Cristo.
Tomemos la responsabilidad y el privilegio de llevar Palabra de vida al necesitado, no privemos a los que están en nuestro entorno de ser confortados, y más aún de tener la oportunidad de recibir Salvación.
Tengamos presente que la Palabra de Dios no retorna vacía.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: TPSH301118)
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