Filipenses 3.7-8 “Pero cuántas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”. Amén.
Conocer a Jesucristo de manera personal es lo más gratificante de la vida.
Si has preparado alguna vez tu currículum o historial profesional sabrás que es la forma en que uno se presenta ante un potencial jefe, y donde se debe detallar habilidades y logros sin jactancia alguna.
El apóstol Pablo habría tenido un currículum impresionante (si tal cosa hubiera existido en aquellos tiempos).
En cuanto a sus logros religiosos, eran muy impresionantes. Se refirió a sí mismo como “hebreo de hebreos”, “fariseo”, “perseguidor de la iglesia” e “irreprensible” ante la ley. En otras palabras, en lo que respecta a su posición en la cultura judía, Pablo era un hombre casi sin igual.
Pero todo cambió en el camino de Damasco. Después de conocer al Salvador, Pablo dio un giro de 180 grados con respecto a sus logros personales. Todos sus títulos y honores fueron dejados a un lado, y sin lamentarlo ni por un momento.
Que maravilloso sería que todos podamos decir lo mismo que dijo Pablo.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
Reflexión del 22.10.2023
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