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Gálatas 6.9 “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”. Amén”.
León Tolstói tardó 6 años (con al menos 7 borradores) para escribir Guerra y Paz. Su novela que es hoy una de las obras maestras de la literatura de todos los tiempos.
Y Ludwig Van Beethoven esperó 3 décadas para llevar al escenario su mejor composición: la Novena Sinfonía.
Si estos hombres se hubieran rendido. Si no hubieran superado todas las frustraciones y contratiempos. Si hubieran escuchado a todos los que les decían que no era posible… Habrían salido perdiendo ellos, y nosotros también.
A veces, las promesas de Dios también pueden parecer lejanas y demasiado difíciles de alcanzar; por eso, muchas personas buscan atajos. Se alocan neciamente pensando: si Dios no cumple sus promesas, si no quiere que las alcancemos, ni las disfrutemos… ¡Cuán incrédulos de que para Dios todo es posible!
Otros, tratan de manipular las circunstancias y de “ayudar” al Señor a cumplir sus promesas. Estos, pudieran estarse interponiendo en el camino de lo bueno que Dios tiene en mente para ellos.
Seamos pacientes y recordemos que la confianza y la sabiduría son bendiciones que adquirimos mientras esperamos.
A veces, cuando llegamos a nuestro destino, nos damos cuenta de que la mayor bendición era el viaje. Así que, desde hoy, ¡A disfrutarlo!
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
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