3,652
Efesios 5.1,2,8,10 “Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante. Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz …comprobando lo que es agradable al Señor”. Amén.
Como creyentes, IMITEMOS al Señor Jesucristo. Aunque creas que es imposible, ¡sí se puede!
¿Cómo estar a esa altura? Dios no espera que seamos perfectos. ¡De eso, debemos estar bien claro! Dios sabe que cada día estamos aprendiendo.
Al igual que un padre que se regocija con los primeros pasos de su bebé, nuestro Padre celestial se deleita por cada paso nuestro que nos encamina hacia Él.
El objetivo es que crezcamos. Una vez que un niño camina, el deleite de los padres es ir cambiando a logros más maduros. Mientras sigamos creciendo en la fe, nunca dejaremos de aprender nuevas maneras de agradar a nuestro Padre celestial.
En medio de todas nuestras debilidades, fracasos y tentaciones, Dios ve nuestros pensamientos más íntimos. Sabe cuánto le amamos y cuánto deseamos obedecerlo. Incluso, en nuestros tropiezos, nos ayuda a levantarnos y nos anima con su Palabra.
Si tienes devoción al perfeccionismo, date tiempo para crecer. Eso es lo que hace el Padre, así que aprende a verte por medio de sus ojos. Él nos ayuda, cada día, a convertirnos en la persona que Él tuvo en mente al crearnos.
Feliz día. Y ¡que Dios
te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario