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Salmos 119.9, 13-16 “¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. Con mis labios he contado todos los juicios de tu boca. Me he gozado en el camino de tus testimonios más que de toda riqueza. En tus mandamientos meditaré; consideraré tus caminos. Me regocijaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus palabras”. Amén.
Hay quienes tratan de vivir (dizque) dentro de la voluntad de Dios, pero abriendo sus Biblias solo en la iglesia. Es como jugar baloncesto sin conocer las reglas; lo cual lleva a errores y fracasos.
No sean ignorantes: Para obedecer al Señor, debemos saber lo que Él ha dejado por escrito. Si no nos ponemos en contacto con la Palabra de Dios, de manera personal, no vamos a saber cómo responder a muchos asuntos que se nos presenten.
La Biblia no es solo para servicios en la iglesia o etapas especiales de aflicción. Es necesaria día por día. Ella trae respuestas, luz, advertencias, enseñanzas, principios y mandamientos de Dios.
Solo después de leer la Biblia, vamos a poder meditar en Ella y dejar que nos transforme. El Espíritu Santo dirá presente, para enseñarnos la manera correcta de vivir, enderezar nuestro rumbo, esperar, y obedecer a Dios.
Feliz día. Y ¡que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
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