“SOLTANDO AFAN Y ANSIEDAD"

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Isaías 43:1-3

“Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador…”. Amén. 

La palabra afán viene del griego-merimna, que significa ansiedad o preocupación que turba la mente… Es inquietud del alma. 

Viene acompañada de temor y fatiga; produce pérdida o aumento de peso, del cabello; situaciones diversas de salud… Hoy le llaman bonito, estrés. 

Satanás sabe que, si mantiene al cristiano afanado, difícilmente se congrega, ora, o lee la Biblia.  

Estar ansiosos es de aquellos que no confían en Dios. Jesus dice en Mateo 6:27 que ¿quién, por más que se afane, añadirá a su estatura un codo? 

Jesús desafiaba a la genta a alimentar algo más que el cuerpo, a alimentar el alma. Porque somos más valiosos nosotros, que lo que podamos tener. 

¡Dejemos de afanarnos tanto! Ni un pajarillo está olvidado delante de Dios (Lucas 12.6).  Lo que si debe hacer el creyente es poner en orden las prioridades y no desviarse de lo que es principal; tampoco debe perder de vista lo real y verdadero. 

Recuerda:  Por nada estés afanoso. Aprende a llevar tus peticiones a Dios en oración y acción de gracias. Tu preocupación comienza donde se acaba tu fe, por lo que el remedio para tu ansiedad es la fe. 

Que, de aquí en adelante, ninguna ansiedad te robe tus fuerzas. 

Muy buen día. ¡Dios te bendiga! 

Evangelista Wilda Messina