#3,457 28.12.22
“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos”. Amén.
¿Has tenido algún problema que parecía imposible de superar? Y después, ¿te diste cuenta de cómo esa prueba te preparó para lo que vendría?
El Señor a veces permite que seamos “zarandeados” (sacudidos o agitados) para un mayor beneficio. En otras palabras, Dios puede permitir que Satanás toque un aspecto de nuestra vida y así terminemos convirtiéndonos en testigos más firmes de Cristo.
En el pasaje de hoy, el Señor le explica a Pedro de su zarandeo. Jesucristo sabía lo que se avecinaba —su muerte, resurrección y ascensión— y esperaba que Pedro aprendiera a guiar a los discípulos, a fin de lograr grandes cosas para el Reino. Porque Pedro no estaba listo ni en la visión.
Por eso, el Señor permitió que Satanás “zarandeara” a Pedro. (también te puede pasar a ti). En ese proceso, Dios separó el “trigo” de la “paja”: aspectos rectos de la vida de Pedro, de los pecaminosos.
Al final, Pedro creció gracias a la experiencia, y procedió a desempeñar un papel clave en la difusión del Evangelio.
Si Jesús no hubiera permitido ese zarandeo, Pedro no hubiera estado preparado para lo que se avecinaba.
Toma esto como referencia, y pídele a Dios que te muestre formas parecidas en las que es necesario zarandearte para tu bien.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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