#3,405 06.11.22
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios”. Amén.
La mayoría de nosotros queremos paz en el corazón, en nuestras relaciones y en el mundo. Pero la paz más importante es con Dios. Sin ella, estamos perdidos.
Cuando Adán y Eva pecaron, se levantó una barrera entre la humanidad y el Creador. La armonía existente antes, entre Dios y el hombre, se quebrantó. Y solo Dios podía restaurarla.
El costo de esa reconciliación fue la horrible muerte de Jesucristo en la cruz, para cargar con el peso del pecado de la humanidad. Ese día, Él pagó el castigo por nuestras transgresiones.
En ese momento, el enorme velo del templo -que dividía el lugar santo del lugar santísimo- se rasgó en dos de arriba a abajo, lo que indicaba que se había logrado la reconciliación.
Es bueno tener presente que la paz con Dios se da solo a quienes, por fe, reciben al Señor Jesucristo como Salvador y Señor personal (Juan 1.12-13).
Si aún no has sabido disfrutar de esa paz, es tiempo de que abras tu corazón a Jesucristo como Señor y Salvador y sabrás cuan maravilloso es vivir bajo esa paz que sobrepasa todo entendimiento (Filip. 4.7).
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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