02-09-2022
Romanos 12.2
“No se conformen a este siglo, transfórmense mediante la renovación de su entendimiento, para que comprueben cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Amén.
Cuando alguien pone su fe en el Señor y Salvador Jesucristo es santificado, es decir, apartado para el propósito de Dios.
A diferencia de la salvación, que ocurre en un momento específico, la santificación es un proceso diario y durante toda la vida.
A medida que la Palabra de Dios y el Espíritu Santo van penetrando en nuestra vida, somos santificado. Se madura en la fe de manera constante y continua.
Nuestro carácter, conducta y conversaciones deben reflejar a Cristo; lo cual, por nuestra propia cuenta, no pudiéramos. Pues, estamos atrapados tratando de cumplir reglas y ceremonias que parecen cristianas, pero no reflejan -para nada- al Señor Jesús.
Cooperemos con el proceso de santificación, llenando nuestra mente con lo que enseña la Biblia, que es la Palabra de Dios; y nuestra más hermosa carta de amor.
Jamás seremos perfectos en este mundo, pero el Señor nos muestra cómo pensar y actuar
para que podamos vivir de manera digna y bajo la perfección con la que
Jesucristo nos cobija.
Feliz
día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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