29/08/2022
Salmos 146.3-5
” No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación. Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos. Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en Jehová su Dios”. Amén.
Poner nuestra confianza en gente -que de no ser de otro planeta- es igual a nosotros, no nos guía a nada bueno, en especial en una cosa particular, y que solo se logra, mediante nuestra confianza en el Señor y Salvador Jesucristo: la salvación de nuestra alma.
Dijo Charles Spurgeon, teólogo, predicador, misionero, escritor y pastor inglés, que evangelizó unos 10 millones de personas. Y conocido como el «Príncipe de los Predicadores: “Cuando ponemos nuestra confianza en el hombre, le robamos a Dios su gloria; dando a los demás la confianza que solo le pertenece a él”.
Cuán dichoso es quien decide buscar ayuda y esperanza en Dios, el creador de todo, que mantiene su verdad, siendo el único verdaderamente justo.
Dios -y desde el Antiguo Testamento- muestra su poder y cuidado: dando vista a ciegos, levantando caídos, amando a los justos, guardando a extranjeros y huérfanos, sosteniendo las viudas… Ese que hace todas esas cosas, por demás, trastorna el camino de los impíos.
Y todo lo anterior, lo conectamos con la lista de mismas obras que hiciera Jesús; las cuales nos dejan ver como la Biblia mantiene un hilo conductor perfecto.
Jesus: Dios vista a ciegos (Mt.9:27-29). Levantó caídos (Lc.13:11-13). Amó a justos (Mt.13:43). Guardó a los extranjeros (Mt.8:5-10). Sostuvo huérfanos y viudas (Lc.7:12-15). Trastornó caminos de impíos (Mt.21:12)… Es que en Dios y en Jesús habita el mismo poder…
Que cada día confiemos más en Dios y en Jesús, y
menos en los hombres.
Tengamos, por lo menos, una razón diaria para alabarlos y exaltarlos.
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
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