08/08/2022
Isaías 45.5-7
“Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste, para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová, y ninguno más que yo, que formo la luz y creo las tinieblas, que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que hago todo esto”. Amén.
Hay varios pasajes de las Sagradas Escrituras que comparan a Dios con un alfarero y a nosotros con arcilla. El Creador tiene derecho a transformar y moldear la vida de sus hijos, para conformarlos a la imagen de su Hijo.
El problema surge cuando no nos gusta el proceso de moldeo, e ignorantemente, se discute con el Alfarero, quejándonos de las dificultades y aflicciones resultantes en el proceso.
Isaías 45.9 lo expresa así: Dirá el barro al que lo labra: ¿Qué haces? A nosotros nos corresponde -al igual que la arcilla-, ser flexibles y someternos a los propósitos del Señor.
Lo más conveniente es no dejar partes de nuestra vida endurecidas ni resistentes a los intentos del Maestro.
Dios obra para eliminar “bultitos” duros, burbujas de aire, etc., con el fin ser útiles y agradables a Él. Nuestra mayor responsabilidad es aceptar cualquier cambio del Maestro Alfarero.
Tengamos confianza, estaremos en las manos más competentes, hábiles, seguras y amorosas que podamos estar.
¡Feliz día, y que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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