05.07.2022
Romanos 15.1-3 “Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. Cada uno agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación. Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te vituperaban, cayeron sobre mí”. Amén.
Las iglesias se llenan de personas que experimentan amplia gama de problemas y, como creyentes, debemos -aunque no nos parezca bien- ayudar a llevar las cargas de otros. Esa, es una labor de todos.
Poder ayudar a otros a llevar sus cargas, requiere de algunos cambios. Por ejemplo:
1. Sensibilidad. Si no somos sensibles, ¿cómo oraremos por aquellos que están muy cargados? Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a sensibilizarnos con las luchas que tienen los demás.
2. Aceptación. Aceptemos a los demás creyentes como Cristo nos ha aceptado a nosotros. Eso significa estar dispuestos a ayudar sin importar a quiénes.
3. Disposición. Una comunidad de fe prospera cuando está dispuesta a auxiliarse los unos con los otros.
El Señor es quien consuela a los que sufren y ayuda a los débiles, pero a menudo lo hace por medio de su pueblo. Un mandato de nuestro Señor Jesucristo es amar a nuestro prójimo.
Te caracterizas solo por ayudar a los que conoces o a tus seres queridos, o demuestras amor a los que no lo son… Si necesitas ayuda en esos aspectos mencionados… Jesucristo está disponible para ti.
¡Feliz día, y que Dios
te bendiga!
Evangelista Wilda
Messina
(Ref.: En.Contacto020522)
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