23.05.22
Santiago 4.7-8, 10 (NTV)
"Humíllense delante de Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. 8 Acérquense a Dios, y Dios se acercará a ustedes. Lávense las manos, pecadores; purifiquen su corazón, porque su lealtad está dividida entre Dios y el mundo. 10 Humíllense delante del Señor, y él los levantará con honor". Amén.
¿Verdad que es difícil soportar el descontrol sobre nuestras circunstancias? Pero, como cristianos, así es como estamos llamados a vivir. Cristo lo dejó claro cuando dijo que nos neguemos a nosotros mismos y perdamos nuestra vida por Él (Lucas 9.23-24).
Al decidir dejar el mundo y seguir a Cristo, nos lleva a que, de ahí en adelante, Él sea nuestro Amo y Señor, y que no haya razones para gobernarnos nosotros.
¿Qué es bueno tener claro? Que no debemos tener motivos para temer, porque Dios es un gobernante bueno, sabio y amoroso, que no tiene límites.
Cuando hacemos las cosas según nuestro criterio, es normal que cometamos errores. Por lo que, comencemos a deleitarnos en nuestro sometimiento al Señor, confiando en Él para que controle todo aspecto de nuestra vida.
Rendirnos al Señor es un proceso de dos partes.
1. Acercarnos
humillados ante Él.
2. Resistir
al diablo y sus tentaciones.
Cuando decidamos apartarnos del pecado, purificar el corazón y limpiar la conducta, daremos ejemplo de habernos sometido -verdaderamente- al Señor.
No veas la sumisión como algo negativo, mírala como algo que te generará, ante Dios, ganancia eterna.
Muy feliz día, y que ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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