miércoles, 23 de marzo de 2022

“El Problema del Orgullo”

24.03.2022

1er. libro de Samuel 13.8-13

“Y él (Saúl) esperó 7 días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo desertaba. Dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto. Y cuando él acababa de ofrecerlo, Samuel que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle. Samuel dijo: ¿Qué has hecho? Y Saúl respondió: Porque vi que el pueblo se me desertaba, y que tú no venías dentro del plazo señalado, y que los filisteos estaban reunidos en Micmas, me dije: Ahora descenderán los filisteos contra mí a Gilgal, y yo no he implorado el favor de Jehová. Me esforcé, pues, y ofrecí holocausto. Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho”.  Amén. 

Orgullo: condición común de la humanidad. No importa edad, capacidad, estatus, cultura…, todos somos inclinados a exhibir esa actitud. 

El rey Saúl debió seguir liderando con las instrucciones de Dios y bajo el poder del Espíritu Santo; ya que su éxito no dependía de lo que él era, sino por la autoridad de Dios en él. 

Sus responsabilidades incluían llevar a cabo el plan de Dios, y liderar al pueblo con ejemplo y mandatos divinos. Pero, como muchos de nosotros hoy, Saúl actuó como si el control le perteneciera a él y no al Señor. 

Por su orgullosa confianza, violó el mandato de Dios y ejerció funciones que no le correspondían. ¿Crees que esto no se aplica a tu vida, porque no tienes una posición elevada? Pues sí, ¡también aplica! 

Como cristianos, Dios tiene trabajo especial que cada uno debe realizar (Efesios 2.10), en el cual el Espíritu Santo nos guía y capacita, a fin de que hagamos nuestra parte en el plan divino. 

¿Piensas que tu plan es mejor que el de Dios? ¡Suelta ese orgullo! Dios ama al humilde, pero al altivo y orgulloso lo mira de lejos. 

 

Feliz día. ¡Dios te bendiga! 

Evangelista Wilda Messina

(Referencia: En.Contacto)

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