Santiago 5.13-15 “¿Está alguno entre ustedes afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. ¿Está alguno enfermo? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados”.
¿Cuándo fue la última vez que clamaste a Dios por algo que NO fuera personal? NO siempre debes hablar con Dios para pedirle cosas personas. NO estés tan concentrado en tu vida que no veas lo que enfrentan otros. Sea que las circunstancias parezcan demasiado grandes o pequeñas, la oración de una persona justa puede hacer cambiar muchas cosas, aunque se te dificulte creerlo.
Santiago 5.16-18 asegura que la oración del justo puede mucho, y que Elías era un hombre “común y corriente”, pero el Señor lo usó de manera poderosa, para cumplir su voluntad en Israel. Oró y no llovió; volvió y oró, y llovió… luego de 3 años y medio.
El Dios Todopoderoso puede sanar, traer paz y cambiar circunstancias, y decidió que sus hijos participen en el proceso mediante la oración. El Señor está dispuesto para escuchar todo lo que queramos decirle; promete escuchar y responder, pero conforme a su voluntad (1 Juan 5.14).
Podemos impactar la vida de los demás cuando intercedemos por ellos. Por consiguiente, dejemos que las noticias de una tragedia o un problema, se conviertan en un incentivo maravilloso para hablar con Dios.
Feliz día. ¡Dios te
bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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