Hebreos 12.1-2
“Por tanto, teniendo en derredor nuestro, tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios”.
Si alguna vez cargaste una gran maleta mientras corrías para tomar un vuelo o un autobús, sabes lo difícil y agotador que es. ¿Has considerado que lo mismo pudiera estar ocurriendo con las cargas de tu pasado?
Muchas personas han estado cargando, desde la infancia, experiencias dolorosas de gran impacto en su vida. Y que pudieran estar afectando, de manera muy negativa. También llevándoles a dañar y maltratar a los demás.
Pudiera darse el caso de no ser conscientes de la carga llevada, porque después de soportarla durante cierto tiempo, quizás ya es costumbre. Aunque parezca normal, eso no es lo que Dios quiere para ti.
Debes dejar de lado esos estorbos, esas cargas, que tienen nombres muy específicos en tu vida… Pídele a Dios que te ayude a identificarlas por sus nombres. Él puede romperlas y reemplazarlas con esperanza, amor y profunda satisfacción en Él.
Cuando consideres tu pasado y tus experiencias de la infancia, pídele a Dios que te muestre total claridad. Al reconocer las formas en que otros han tenido una influencia negativa sobre ti, ora para que Dios te dé un espíritu perdonador, y sanes todas tus heridas.
Feliz día. ¡Dios te
bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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