Tu Palabra Sabia de Hoy (TPSH)
Viernes 12.02.2021
Gálatas 1.10 “Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo”.
La culpa es una respuesta emocional a las transgresiones. Lo mejor que nos puede pasar es sentir la reprensión del Señor cuando desobedecemos sus mandamientos, o incluso cuando violamos las leyes civiles que no nieguen las de Dios.
Ahora bien, existe otro tipo de
culpa que no es del Señor sino del hombre. Es la llamada “culpa falsa”, la
cual tiene formas muy diferentes. Por
ejemplo: Legalismo, perfeccionismo e intentar complacer a la gente.
LEGALISMO. Forma de religión que se aferra a las reglas hechas por el hombre, en vez de hacerlo en las reglas de Cristo (lea Colosenses 2.16-23).
Este no tiene poder para salvar o transformar a nadie, sino que esclaviza a las personas a la culpa falsa cuando no cumplen con las reglas establecidas e infundadas.
EL PERFECCIONISMO. Carga que ponemos sobre nosotros. Si no actuamos de acuerdo con nuestros propios estándares, nos sentimos fracasados y no podemos perdonarnos. Recuerda que a los cristianos se nos ordena vivir para Cristo, no para nosotros y nuestras expectativas.
INTENTAR COMPLACER A LA GENTE. Es otra fuente de culpa falsa. Pudiera desarrollarse en el hogar, el trabajo, la escuela, la iglesia o en cualquier lugar donde otros nos impongan exigencias.
Aunque lo que procede es siempre tratar a los demás con amor y amabilidad, la solución es complacer al Señor, y no, necesariamente, a la gente.
Ante un sentimiento de culpa, evalúa el origen. ¿Es por causa de Dios o de los
demás? ¡Hazte la pregunta!
Feliz día. ¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: En.Contacto)
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