Tu Palabra Sabia de Hoy (TPSH)
26.12.2020
Salmos 23.1-4 “Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento”.
Hay momentos tan difíciles que, si no fuera por la ayuda de Dios, sería casi imposible atravesarlos. Uno de ellos es cuando se nos va un ser querido, especialmente cuando muere una persona que amamos.
Para esos momentos de dolor, un gran escudo es lo que dijera David en Salmos 23. Inicia recordando que Dios es nuestro Pastor (vs.1). Eso, equivale a decir que está bajo nuestro cuidado. Y cuando nos dice que nada nos faltará, nos está recordando que sus brazos de amor, nos rodean y ciñen hasta que podamos sentir su paz, lo cual lleva a reconocer que no nos faltará consuelo ni fortaleza en dolores o angustias.
Dios, hecho carne en Jesucristo, pudo experimentar toda pena y sufrimiento; y sabe que, si nos tomamos de su mano, venceremos. Como valientes soldados, nos levantaremos, reconfortaremos y volveremos a la guerra. ¡Dios nos fortalecerá como a águilas, remontaremos nuevos vuelos!
Al final del salmo hay una hermosa promesa: Si permanecemos de las manos de Dios, viviremos para siempre con Él (vs.6).
Adiós a mi amada vecina Altagracia. Estoy segura que Dios fortalecerá a sus familiares, les llenará de paz, y les mostrará esa senda de vida eterna que solo es a través de Jesucristo, la cual, ella abrazó, antes de partir!
Feliz día, ¡y que Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
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