Tu palabra sabia
de hoy
Martes 03.12.19
Hebreos 12:1-3 “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor
nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que
nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos
los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto
delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la
diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores
contra sí mismo, para que nuestro ánimo no se canse hasta desmayar”.
¿Por qué, siendo Dios bueno, permite dolores y dificultades? ¿No debería
salvarnos de sufrimientos? Es que todo padre sabe que evitar el dolor de la disciplina no es lo mejor. Lo mismo sucede en la relación
con el Padre celestial.
Aunque seamos santos por medio
de Cristo, todavía luchamos con pecados y tentaciones del diablo. Por lo
tanto, el Padre nos capacita para identificar esos pecados, resistir las
tentaciones y buscar la santidad.
Aunque la disciplina de Dios sea
dolorosa, debes saber reaccionar. Cuando
la mano correctora del Padre toca un aspecto determinado de la vida, necesitamos ocuparnos de la situación y
hacer los cambios necesarios. Reaccionar de forma desafiante solo empeorará las cosas.
NO tomemos la disciplina de
Dios a la ligera. Arrepintámonos de nuestros pecados. NO
hagamos caso omiso de las enseñanzas. Tampoco
nos desanimemos. El hecho de ser
disciplinados debe animarnos, porque prueba que Dios nos ama y se ocupa de
nosotros.
¡Feliz día, y
que Dios te bendiga!
Evangelista
Wilda Messina
(Referencia: EncontactoOrg)
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