Tu palabra sabia de
hoy
Miércoles 13.11.19
2 Pedro 3:8-9 “No ignoréis que para con el Señor un día es como mil años, y
mil años como un día. Él no retarda su promesa, según algunos la tienen
por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno
perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”.
A menudo, la “reacción lenta” de Dios desconcierta.
¿Por qué se demora tanto en castigar a los malos? –Es que Dios es
paciente para todos, y quiere que se arrepientan.
Por condición humana, queremos que las personas
sufran por sus malas acciones. Jonás huyó de su deber de predicar en Nínive,
tierra enemiga de Israel. Estaba seguro de que si se arrepentían, Dios no los destruía,
lo cual sucedió. En vez de regocijarse por la victoria,
Jonás se quejó
de que Dios trató a los ninivitas con paciencia y misericordia (Jonas 4.2). Jonás se enojó
con Dios, a pesar de que él mismo había recibido su misericordia. Otros se
alegran de que el Señor, a diferencia de los seres humanos, sea lento para la
ira.
Ser tercos hace la disciplina dolorosa, tanto para
quien la recibe como para quien la ejecuta. Dios prefiere que reconozcas tus
pecados, y que regreses a Él.
El Señor valora tanto el arrepentimiento y la
comunión con Él, que está dispuesto a demorar el castigo; pero solo por un tiempo.
Al final, su justicia demanda castigo. No pienses que su disciplina no te
alcanzará, haz lo correcto y vuelva tu corazón a Dios.
¡Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: EncontactoOrg)
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