25.05.19
Deuteronomio 5.6-10 “Yo soy
Jehová tu Dios, te saqué de tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí.
No harás para ti escultura, ni imagen alguna de cosa que está
arriba en los cielos, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la
tierra. No te inclinarás a ellas ni
las servirás; porque yo soy Jehová
tu Dios, fuerte, celoso; visito la maldad de los padres sobre los hijos
hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me
aman y guardan mis mandamientos”.
Celo
es un sentimiento negativo. Se
alimenta de ira y egoísmo. Donde hay
celos y contención, hay perturbación y obra perversa (Stgo.3:16).
Estos versículos de hoy tienen perspectiva
diferente, al aplicarse a Dios. Encierran un segundo significado y positivo.
Celo describe el deseo de Dios de que
mantengamos nuestro amor a Él. Fuimos
creados para amarlo y adorarlo, y cualquier
cosa que compita con nuestra devoción a Él es causa justa para Su celo (negativo).
El
mandamiento más importante es amar a Dios con todo (corazón, alma, fuerza y mente), como dice en Lucas 10.27.
Sin esa devoción tus intereses te
desviarán de una vida de santidad.
Ningún ídolo (imagen, persona, sueño, posesión) es digno de adoración. Un
Dios santo y justo, que por amor envió a su Hijo a morir en tu lugar, merece y espera
todo tu amor y lealtad.
Dios aborrece a los ídolos de toda
clase. Enfocarte de manera parcial en Él, es tropezar, pecar, y perder tus bendiciones. Esfuérzate
en serle fiel.
Que tu mayor celo sea por honrar al Creador
de todas las cosas!
Feliz sábado. Dios te bendiga!
Evangelista Wilda Messina
(Referencia: EncontactoOrg)
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