¿Te has dado cuenta que es más fácil identificar los errores de los
demás, que los tuyos? Estás tan acostumbrado a tus acciones, que crees tus
fallas normales?
Una práctica muy común hoy es el
egoísmo. Con pretexto de superación personal o amor propio, la gente se enfoca en sí misma y se ocupa
poco o nada del resto. Somos tan egocéntricos que vivimos en un mundo en donde todos los habitantes se llaman Yo, Yo y Yo. En la Biblia hay versículos que ayudan a
cambiar ese comportamiento.
A continuación les comparto 2 de las 6 señales que te dirán si eres o no egoísta:
1. Tu amor se
basa en lo que puedas recibir a cambio? Los egoístas proyectan un amor nada de genuino. Por
ejemplo: Hay quienes buscan pareja esperando que le solucionen todos sus
problemas. Otros cuidan de alguien porque esperan recibir una herencia o
recompensa. …
La antítesis
bíblica está en 1 Corintios 13:5 “(El amor) No hace nada
indebido, no busca lo suyo…”. El
verdadero amor actúa desinteresadamente, y la
mejor prueba es Jesús, quien se entregó para morir por nuestros pecados. Él
decidió amarnos sobre todas las cosas. ¡Todo
lo opuesto al egoísmo!
2. Todo lo
que haces es para tu propio beneficio? Al trabajar uno merece un pago;
pero esta lógica NO aplica para todo.
El egoísta hace cosas con propósito de beneficiarse. NO le importa cómo logra sus objetivos, ni a cuántos utiliza o
manipula, ni las consecuencias que acarreará; solo desea conseguir lo que quiere. Esta práctica de egoísmo
acarrea envidia, orgullo y avaricia. Filipenses 2:3-4 dice: “Nada hagas
por contienda o vanagloria; antes bien con humildad, estimando a los demás como
superiores…; no mirando cada uno por lo
suyo propio, sino también por lo de los otros”.
En otras ocasiones continuamos…
Feliz
viernes, y que Dios te bendiga con CERO egoísmo!
Wilda M.V.
(Referencia: CVC laVoz)
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